Camino de las estrellas

Comenzamos la aventura un jueves a las 3 de la mañana sin saber exactamente que nos podiamos encontrar o de si seríamos capaces de afrontarla. Un primer día lluvioso, pero sencillo,… un entrenamiento para lo que vendría después. Después de un estupendo desayuno, el resto de los días nos enfrentamos a retos de todos los tipos que pudimos salvar con esfuerzo y paciencia. Todo el agradecimiento a quienes nos acompañaron en el camino, sobre todo a los excelentes porteadores que son un elemento esencial sin los cuales no podría realizarse este proyecto. Una gran experiencia, una vez en la vida.